viernes, 16 de mayo de 2008

Ciclista se jura ecológico

Carlos Ramirez se jura ecológico. Y no solo porque guste de la vida al aire libre, sinó porqué el se mueve por todo Santiago en su bicicleta, sin contaminar.

"Siempre he sido una gran amante de la naturaleza, y siento un profundo respeto por ella", señala Ramirez, de 29 años, quien actualmente se desempeña como ingeniero civil. "Siento que al andar en bicicleta, no solo me ayudo a mi mismo, sinó que ayudo a los demás".

A pesar de su discurso verde, Ramirez no es capaz de darse cuenta del daño ecológico que causa con su bicicleta. A manera de ejemplo, se requirieron mas de doscientos litros de petróleo para fabricar las piezas de metal, la grasa para la cadena, la goma del manubrio, el casco, el asiento y toda la pintura acrilica que cubre su vehículo "ecológico".

"Por otro lado, andar en bicicleta me mantiene saludable y en excelente estado físico", recalca Ramírez, quien parece haber olvidado las tres fracturas sufridas en estos últimos cinco años, las cuales han reportado gastos en salud por mas de doce millones de pesos, incluyendo múltiples insumos derivados del petróleo. La bota de yeso sintético que llevó por mas de dos meses se fabricó a partir de una resina química, y luego fue desechada a la basura, sumando mas desperdicio no reciclable.

"Si bien es un poco mas arriesgado, al menos estoy dando el ejemplo", señaló posteriormente Ramirez, quien además parece ignorar completamente el hecho de que al manejar un vehículo que apenas alcanza los 25 kilómetros por hora, obliga a una decena de vehículos que viajan detrás de él a disminuir la velocidad para evitar atropellarlo. Con esto, causa un mayor consumo de combustible del que supuestamente ahorra al andar en bicicleta, empeorando aún más la crítica situación ambiental de Santiago.

"Si, es cierto, tal vez no es el vehículo ideal para todo el mundo, pero el cambio tiene que comenzar por uno mismo".

Imbécil.

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